Tal vez uno puede entender fácilmente que nuestro ADN sea muy similar al de un chimpancé (95-99 por cierto) o incluso con otros mamíferos, pero ya cuando hablamos de insectos se podría dudar un poco más al respecto, es así que nos podamos sorprender del beneficio de que moscas y humanos compartamos ADN en un 70 por ciento.

La mosca de la fruta (Drosophila) en el año 2000 se convirtió en el primer organismo del que se obtuvo su genoma completo y tiene más de 100 años que se han investigado en laboratorios de experimentación.

Del porcentaje de ADN que compartimos con las moscas, el 75 por cierto estaría relacionado con enfermedades de la humanidad como es la infertilidad, diabetes, hasta la enfermedad de Parkinson.

De tal forma que si se estudian los genes asociados al Parkinson en la mosca, se entenderá cómo se regulan, qué sustancia enardece la respuesta y cuál la disminuye o retrasa. “Podríamos aplicarlo en humanos”.

También esta el caso de la infertilidad. Cuando en algunos casos una especie nos reproduce con normalidad, al analizar las causas y encontrar similitudes, podría cambiar la infertilidad en los seres humanos.

Exposición a condiciones de riesgo

A través de las mosquitas puede saberse si un sitio está contaminado, señaló Patricia Ramos Morales, líder del Laboratorio de Genética y Toxicología Ambiental y del Banco de Moscas de la Facultad de Ciencias de la UNAM.

Por ejemplo, en una imprenta, donde se ocupan pinturas y solventes, la oficina podría contaminarse por estos vapores. Se ubican moscas en distintos sitios y al estudiarlas, así como su descendencia, podrían indicar si existen factores de riesgo en los sitios evaluados.

En ocasiones, la exposición a contaminantes altera el ciclo de desarrollo de la mosca, lo que podría derivar en problemas de fertilidad y fecundidad para los individuos expuestos, o bien, para las siguientes generaciones.

También hay que considerar que las moscas fueron los primeros organismos en los que se estableció en laboratorio el riesgo que implica la exposición a radiaciones y los cambios que causan en el material genético.

Así que ahora que conoces el beneficio de que moscas y humanos compartamos ADN, tal vez puedas  puedas darle una pequeña oportunidad a estos pequeños insectos cuando te los encuentres.

Con información de: UNAM Global